lunes, 26 de mayo de 2014

En Colombia
La prensa extranjera dice así sobre resultados electorales

Las dos élites que se disputan el poder en Colombia
Luis Fajardo
BBC Mundo, enviado especial a Colombia
Zuluaga  y Santos   Foto: reuters
Domingo, 25 de mayo de 2014
En las elecciones presidenciales colombianas de este domingo, los dos candidatos favoritos pertenecen al "establecimiento" político nacional.
Ambos se han visto involucrados en escándalos en la recta final de la campaña, algo que ha generado desencanto entre parte del electorado.
Y sin embargo, no ha surgido una "tercería" o una opción alternativa a la que representan el presidente Juan Manuel Santos y su principal contendor, Oscar Iván Zuluaga.
Los colombianos eligen entre cinco candidatos a la presidencia, que a primera vista, reflejan variedad en el espectro ideológico.
Si la dinámica que se observó durante la campaña se mantiene hasta el final, la pugna central es la que hay entre la aspiración a la reelección del presidente Santos, y la candidatura de Zuluaga, protegido político del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Pero Santos y Zuluaga reflejan dos visiones de élite del país, dos versiones distintas del "establecimiento" colombiano.
Rural y urbano
De una parte, una élite capitalina reflejada por el presidente, respaldada especialmente por los principales medios de comunicación bogotanos y por segmentos de opinión eminentemente urbanos.
De la otra, una élite más regional y respaldada, entre otros grupos, por el poder de la propiedad rural, que apoya al uribismo representado por Zuluaga.
Santos, integrante de la familia que por décadas fue dueña de El Tiempo, el medio de comunicaciones más influyente del país, nunca ha rehuido al calificativo de ser parte del estrato más aristocrático del país.
Pero le añade una connotación distinta. El presidente ha dicho una y otra vez que espera que la historia lo juzgue como un "traidor a su clase", un Franklin Delano Roosevelt colombiano, quien usó su privilegio y su posición para impulsar una serie de medidas progresistas en beneficio de los más necesitados.
Zuluaga, por su parte, acapara los afectos de muchos propietarios rurales, los mismos que aseguran que han sufrido más de cerca la guerra contra las FARC y que muestran el mayor recelo ante las negociaciones que adelanta esa guerrilla con el gobierno de Santos en La Habana.
Al candidato uribista le gusta recordar a la gente que al comienzo de su carrera pública fue alcalde de un pequeño pueblo, Pensilvania, en la zona de producción cafetera del departamento de Caldas. Los medios regionales le ofrecen muchas de las simpatías que no le concede la "gran prensa" capitalina.
Por supuesto, ambos candidatos aseguran, con razón, que un espectro amplio de la población los sigue, y no simplemente los estratos privilegiados con los que más los identifican.  Ampliación

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