"La paz no se da de un día para otro, hay que
sembrarla y hay que estimularla", sostuvo el presidente colombiano en la
población de Génova, departamento de Quindío, durante un acto público en el que
recordó las iniciativas que ha adoptado su gobierno.
EL UNIVERSAL
sábado 1 de septiembre de
2012
Bogotá, Colombia.- El
presidente colombiano, Juan Manuel Santos, advirtió este sábado que conseguir
la paz toma tiempo, luego de que el lunes revelara que su Gobierno emprendió
conversaciones exploratorias con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC) para buscar el fin del conflicto armado del país.
"La paz no se da de un
día para otro, hay que sembrarla y hay que estimularla", dijo Santos en la
población de Génova, departamento de Quindío, durante un acto público en el que
recordó las iniciativas que ha adoptado su gobierno, indicó AFP.
Entre ellas destacó una ley
para la restitución de tierras a los campesinos que han sido despojados de
ellas por los grupos paramilitares de extrema derecha, narcotraficantes y
guerrillas izquierdistas.
"Con esas medidas y esas
políticas lo que queremos es ir sembrando la paz", dijo Santos quien
sorpresivamente el lunes en una alocución al país reveló que dentro de la
"obligación constitucional de buscar la paz, ha desarrollado
conversaciones exploratorias con las FARC".
Santos no ahondó en esa
revelación, pero aseguró que no va a cometer los errores del pasado y que ese
proceso "tiene que llevar al fin del conflicto y no a su
prolongación".
Las FARC, con las que se han
realizado en las últimas tres décadas tres intentos de negociación de paz, son
la guerrilla más antigua y fuerte del país, con 48 años de sangrienta lucha
armada contra el Estado y actualmente cuenta con unos 9.200 combatientes.
En su intervención en Génova,
Santos llamó a todos los mandatarios seccionales a apoyar sus esfuerzos por
ponerle fin al conflicto armado que padece el país desde hace casi medio siglo.
En Colombia, además de las
FARC actúa la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con unos
2.500 combatientes, a la que Santos invitó a unirse las conversaciones
emprendidas.