Esto resulta
ser un error que afecta desfavorablemente a las empresas cuando buscan alcanzar
los objetivos, debido a que todo el tiempo se deben enfrentar a entornos cada
vez más complejos, a los que difícilmente se adaptarán si sus empleados no
están capacitándose constantemente.
Uno de los
portales de empleo más reconocidos en Colombia: elempleo.com dio a conocer que la capacitación empresarial
permite incrementar en más de 20 % la productividad en los procesos y reduce
cerca de un 40 % los niveles de rotación de personal, cifras que indudablemente
se verán reflejadas en el presupuesto de la organización.
Javier L. Zuñiga M. |
Y aunque se
ha avanzado en esta materia, aún falta mucho por trabajar. Según el Banco
Mundial, América Latina sobresale como una de las regiones del mundo en las que
más del 40 % de las compañías ofrecen capacitación a sus empleados. Y según
cifras del Ministerio de Trabajo, en Colombia, aproximadamente el 80 % de las
organizaciones cuenta con programas de capacitación. Incluso, un reciente
estudio realizado por el Politécnico Grancolobiano revela que en Colombia el
37,6 % de los encuestados consideran que las empresas invierten en fortalecer
las habilidades de los equipos de trabajo, mientras que el 62,4 % consideran lo
contrario.
La
capacitación debe verse como un proyecto indispensable dentro de una empresa y como una de las inversiones más
rentables. Para el docente del Politécnico Grancolombiano, apostarle a la
capacitación empresarial es fundamental porque es un canal de desarrollo y
formación que los individuos requieren (y piden a gritos), incluso por encima
de otros beneficios; de hecho, los programas de capacitación complementan una
parte clave en las organizaciones, denominado el salario emocional, con el que
se busca un equilibrio entre la carga laboral, el beneficio personal y el
desarrollo individual.
¿Cómo implementar
las capacitaciones?
1. Conocer la pertinencia e impacto de
estas, pues no sería lógico impartir temáticas que no le aporten
significativamente a la formación del individuo, ni a la optimización de sus
cargos. Por lo tanto, es importante establecer un diagnóstico real de
necesidades de formación. De igual forma, es crucial indagar las demandas del
mercado laboral en la actualidad para conocer si el trabajo que desempeñan los
empleados se encuentra en línea con las tendencias y de esta forma poder innovar
con nuevos conocimientos.
2. Designar un presupuesto ajustado a
la realidad de la organización, sin exceder expectativas que, a la larga, no
generan los resultados esperados.
3. Resulta indispensable establecer
dinámicas de evaluación de los programas impartidos de capacitación, desde su
duración, pertinencia, calidad de los mentores, herramientas utilizadas, etc.,
así como su impacto real en lo que se busca mejorar, optimizar o implementar.
De esta manera, se pueden tomar planes de acción a futuro sobre qué resulta más
efectivo o no en la implementación de los planes de formación empresariales.
Este tipo de
inversiones generan beneficios a corto, mediano y largo plazo. La empresa
empieza a ser reconocida por su labor y por sus niveles de profesionalismo, lo
que les brindará credibilidad y fuerza frente a la competencia y los clientes
potenciales. De esta forma mejora su imagen en el mercado al servir de puente
para conectar a las personas, las empresas y todos los sectores sociales, pues
entienden el contexto en que se encuentran y contribuyen desde diferentes
dimensiones al desarrollo social y humano. Además, redundará positivamente en
la calidad de vida organizacional, en un clima de trabajo de mayor satisfacción
y en una cultura corporativa más fuerte y sana.
Fuente: Comunicaciones
Poli- Grancolombiano (Laura Ximena Orjuela)
Jefe de
Prensa
Ajuste de
contenido y diagramación: bersoahoy.co
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