En la homilía el cardenal electo y arzobispo de la catedral primada de
Colombia, Luis José Rueda Aparicio evocó pasajes bíblicos en los que se
reconoce que cuando dos o más personas se unen para buscan un objetivo como el
de la paz del país, nada será en vano y los resultados fructificarán. El
prelado de la iglesia reiteró que el bien de los colombianos no puede ser
inferior que la TIRANÍA DE LA VIOLENCIA. En este sentido el orador reconoció la
calidad de las personas que se encuentran sentadas alrededor de una negociación
que busque limar las diferencias que generan el conflicto y desestimó a quienes buscan a toda costa el
fracaso del objetivo final.
El oficio religioso contó con la presencia de varios jerarcas y a más del presidente de la Conferencia Episcopal, estuvieron el obispo Juan Carlos Barreto y varios sacerdotes que dirigen organizaciones eclesiales.
Al referirse a la equidad social y al respeto por los demás, Monseñor
Rueda Aparicio recordó el pronunciamiento del Papa Juan Pablo II durante la
jornada mundial por la paz en 2002 cuando basado en documentos de la iglesia sostuvo
que, sin justicia no hay paz y sin paz no hay perdón.
Al condenar la polarización tóxica que viene generando el conflicto, el derramamiento de sangre y la miseria
social, el cardenal electo invocó el don de la corrección FRATERNA para
que el país sobre bases de justicia social encuentre finalmente un clima de concordia
y los colombianos puedan levantarse un día con el don mas preciado de la convivencia
social y un país en paz.
La solemne Eucaristía finalizó con una moción de petición especial preparada por el obispo Juan Carlos Barreto,
dirigida a la patrona de Colombia nuestra señora de Chiquinquirá para que
interceda por la paz de la nación.
(Nota del editor: Es mejor una guerra contra la injusticia que una paz
soportada sobre la explotación del prójimo: Juan Pablo II.) Redacción bersoahoy.co
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