domingo, 10 de septiembre de 2023

Ceremonia de clausura de la Semana por la paz

Con una solemne Eucaristía, la Conferencia Episcopal de Colombia, clausuró la Semana por la paz en la cual se enviaron bendiciones a los que están trabajando y haciendo posible una solución al conflicto armado de la guerra.

En la homilía el cardenal electo y arzobispo de la catedral primada de Colombia, Luis José Rueda Aparicio evocó pasajes bíblicos en los que se reconoce que cuando dos o más personas se unen para buscan un objetivo como el de la paz del país, nada será en vano y los resultados fructificarán. El prelado de la iglesia reiteró que el bien de los colombianos no puede ser inferior que la TIRANÍA DE LA VIOLENCIA. En este sentido el orador reconoció la calidad de las personas que se encuentran sentadas alrededor de una negociación que busque limar las diferencias que generan el conflicto y  desestimó a quienes buscan a toda costa el fracaso del objetivo final.

El oficio religioso contó con la presencia de varios jerarcas y a más del presidente de la Conferencia Episcopal, estuvieron el obispo Juan Carlos Barreto y varios sacerdotes que dirigen organizaciones eclesiales. 

Al referirse a la equidad social y al respeto por los demás, Monseñor Rueda Aparicio recordó el pronunciamiento del Papa Juan Pablo II durante la jornada mundial por la paz en 2002 cuando basado en documentos de la iglesia sostuvo que, sin justicia no hay paz y sin paz no hay perdón.


En la homilía el presidente de la Conferencia Episcopal intercedió para que los colombianos se semen al clamor de tantos compatriotas que en regiones como Arauca, Chocó, Cauca, Magdalena Medio y  Nordeste de Antioquia sufren el rigor del flagelo de la violencia.

Al condenar la polarización tóxica que viene generando el conflicto,  el derramamiento de sangre y la miseria social, el cardenal electo invocó el don de la corrección FRATERNA para que el país sobre bases de justicia social encuentre finalmente un clima de concordia y los colombianos puedan levantarse un día  con el don mas preciado de la convivencia social y un país en paz.

La solemne Eucaristía finalizó con una moción de petición especial  preparada por el obispo Juan Carlos Barreto, dirigida a la patrona de Colombia nuestra señora de Chiquinquirá para que interceda por la paz de la nación.

(Nota del editor: Es mejor una guerra contra la injusticia que una paz soportada sobre la explotación del prójimo: Juan Pablo II.)  Redacción bersoahoy.co

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