El mercado laboral para las mujeres en Colombia sigue siendo todo un
desafío. Según cifras del DANE, entre octubre y diciembre de 2023, la tasa de
desocupación de las mujeres fue del 11,6 %, mientras que para los hombres fue
del 7,8 %. Allí se evidencia la persistente disparidad de género en el acceso
al empleo.
En análisis se plantea a propósito de la conmemoración del Día Internacional
de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo. En este escenario se da la oportunidad de reconocer y valorar el
trabajo de las mujeres. Una investigación
tituladas: "Planeación para el
desarrollo socioeconómico colombiano con enfoque de equidad de género en el
mercado laboral en un contexto regional latinoamericano", fue dirigida por
Laura Andrea Cristancho Giraldo, docente del Politécnico Grancolombiano, revela
la persistencia de la economía del cuidado como una de las principales fuentes
de desigualdad de género en el país.
Laura A. Cristancho Giraldo |
La pandemia de Covid-19 exacerbó esta desigualdad, se estima que
alrededor de 1’800 mil mujeres perdieron sus empleos, generando repercusiones
considerables en el bienestar de los hogares, especialmente aquellos con niños.
La crisis socioeconómica postpandémica revela que las mujeres enfrentan desafíos
significativos para reintegrarse al trabajo, perpetuando una brecha salarial.
"La persistente brecha laboral ha dejado a las mujeres rezagadas,
recibiendo ingresos significativamente menores que sus contrapartes masculinas.
Esta disparidad se acentúa en hogares donde las mujeres son cabeza de familia,
generando una marcada feminización de la pobreza", enfatiza la docente
Cristancho.
La investigación resalta la existencia de los llamados "techos de
cristal", que representan esas barreras invisibles que impiden que las
mujeres avancen hacia posiciones de liderazgo y toma de decisiones al interior
de las empresas. Estas barreras pueden manifestarse en la falta de
oportunidades de ascenso, en la desigualdad salarial persistente o en la
exclusión de las mujeres de redes y círculos de influencia.
Por otro lado, los "pisos de goma" reflejan la dificultad que
enfrentan las mujeres para avanzar en sus carreras profesionales debido a
obstáculos relacionados con la conciliación entre el trabajo y la vida
personal. Muchas mujeres se encuentran atrapadas en roles y responsabilidades
tradicionalmente asignados a ellas, como el cuidado del hogar y la familia. La
maternidad también puede ser percibida como un impedimento para asumir mayores
responsabilidades en el trabajo, ya sea por temor a la discriminación o por la
dificultad de conciliar los horarios laborales con las demandas familiares.
¿Es crucial incorporar políticas con perspectiva de
género?
En Colombia urge la implementación de políticas con perspectiva de género
que no solo deben centrarse en la igualdad de oportunidades, sino también en
garantizar la equidad en los procesos presupuestales y de planeación,
asegurando una asignación adecuada de recursos para reducir las brechas de
género. El reconocimiento del trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar
emerge como un componente esencial para redistribuir las responsabilidades y
fomentar una participación más equitativa.
Además, resulta fundamental la adaptación de las políticas internas de
las organizaciones para reconocer y valorar las diferencias de género. A pesar
de los desafíos que puedan surgir, como los cambios en la ley de licencia de
maternidad, es crucial considerar el potencial y la productividad de las
mujeres, especialmente aquellas con altos niveles de capacitación, que pueden
contribuir al desarrollo de las empresas y del país en general.
En el proceso de planeación estratégica y económica del país, es
imperativo reconocer la variable de género. La falta de capacitación y el rol
de cabeza de familia son aspectos que deben ser abordados para garantizar una
inclusión efectiva en el mercado laboral. La economía del cuidado también
requiere un reconocimiento generalizado, ya que, hasta que hombres y mujeres no
compartan de manera equitativa las responsabilidades domésticas, persistirá la
carga de la doble jornada laboral para las mujeres.
Principales beneficios que traen estas políticas:
• Reconocimiento y
valorización: La inclusión del enfoque de equidad de género en la planeación
económica permite el reconocimiento y la valorización del trabajo realizado por
las mujeres, especialmente en el ámbito del cuidado, que históricamente ha sido
invisibilizado.
• Reducción de brechas:
Al considerar las necesidades y desafíos específicos que enfrentan las mujeres
en el mercado laboral y en la sociedad en general, se pueden implementar
políticas y programas que reduzcan las brechas de género y promuevan la
igualdad de oportunidades.
• Potenciación del
capital humano: Al aprovechar el talento y el potencial de más de la mitad de
la población colombiana, se contribuye al desarrollo de un capital humano más
diverso y completo, lo que impulsa la productividad y la competitividad del
país.
• Contribución al
desarrollo económico: Las mujeres representan una parte significativa de la
fuerza laboral y contribuyen en gran medida al Producto Interno Bruto (PIB) del
país. Al eliminar barreras y promover su participación equitativa, se maximiza
su contribución al desarrollo económico y social de Colombia.
La docente del Politécnico Grancolombiano destaca la imperiosa necesidad
de abordar esta problemática y subraya la importancia de un esfuerzo conjunto
de empresas, instituciones y la sociedad en general para promover la igualdad
de oportunidades y eliminar los sesgos de género en Colombia. Afirma que
"es fundamental implementar políticas y programas que fomenten la
inclusión y el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos, así como
medidas concretas para superar las barreras que enfrentan en el mercado laboral
y en la toma de decisiones. Solo así podremos construir una sociedad más justa
y equitativa donde todas las mujeres tengan la oportunidad de alcanzar su
máximo potencial”.
Fuente: Laura Ximena Orjuela
Jefe de Prensa
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